martes, mayo 29, 2007

QUIEN ESPERA . . . DESESPERA

Las horas no pasan cuanto más esperes que pasen, pensando en aquello que estés aguardando, no puedes hacer que todo vaya más rápido, y menos aún puedes hacer que ocurra aquello que quieres que ocurra. Llega un momento que tras una larga espera el tiempo se estanca y claudica tu impaciencia, se convierte en algo irreal.
Da igual que es lo que estés esperando: una llamada, una persona, un momento, un beso; enfádate, impaciéntate y vuélvete loco mirando el reloj con los ojos entrecerrados, que el tiempo en vuesto paseo no va a correr más, y vas a tener que sentarte en un banco a esperarlo.
Si la paciencia es la madre de todas las ciencias, la impaciencia es un monstruo que te acecha cuando la espera se hace con el control de tu vida.